-Por favor, Aslan -rogó Lucía-. Antes de patir, dinos cuándo podremos volver de nuevo a Narnia. Y por favor, te suplico que sea pronto.
-Mi adorada niña -dijo Aslan con mucho cariño-. Tú y tu hermano nunca volverán a Narnia.
-¡Aslan! -dijeron Edmundo y Lucía al mismo tiempo y con voz desesperada.
-Niños -les dijo Aslan-. ustedes ya son demasiado grandes y ahora deben empezar a acercarse a su propio mundo.
-No se trata de Narnia, eso tú lo sabes -sollozó Lucía-. Se trata de ti. Allá no te veremos. Y ¿cómo podremos vivir sin verte más?
-Pero si me van a ver, mi amor -dijo Aslan-.
-Estás..., estás allá también, señor? -preguntó Edmundo-.
-Sí -repuso Aslan-. pero allá tengo otro nombre. Ustedes deben aprender a conocerme por ese nombre. Ésa fue la verdadera razón para que ustedes vinieran a Narnia: para que conociéndome un poco aquí, pudieran conocerme mejor allá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario